Posts From April, 2015

Ejército denuncia reclutamiento de menores de las Farc en Antioquia

La Compañía Gerardo Guevara del Bloque Magdalena Medio de las Farc, además de los Frentes 36 y 18, serían las principales estructuras reclutadoras de menores de edad en el Bajo Cauca antioqueño, según denuncias del Ejército.

Para los militares, la guerrilla adelanta operaciones criminales con el fin de vincular niños a sus filas en esa subregión a quienes luego de incorporarlos con engaños los obligan a participar en el cobro de extorsiones.

Las denuncias fueron hechas luego de que el Gaula Militar rescatara a una menor de 14 años en El Bagre, Bajo Cauca antioqueño, en donde permanecía reclutada por la Compañía Gerardo Guevara, según confirmó el Coronel Ulises Figueredo, Comandante de la Décimo Primera Brigada del Ejército.

Según las autoridades, las Farc engañan a los menores de edad con supuestas ofertas laborales a través de mensajes en redes sociales, luego los citan en municipios alejados de su zona de residencia, para finalmente incorporarlos bajo amenazas.

Desde el Área de Prevención del Reclutamiento Ilícito se informó que en los próximos días se conocerán las primeras órdenes de captura contra los responsables de reclutar por los menos 136 menores de edad en Antioquia.

Fuente: http://bit.ly/1bAIXhI

En Tarazá cayó alias "Cristian", cabecilla del "Clan Úsuga"

En un operativo, conjunto entre ejército y policía, desarrollado en la vereda El 12 del municipio de Tarazá, Bajo Cauca antioqueño, fue capturado Alias “Cristian”, cabecilla de la Banda Criminal al servicio del narcotráfico “Clan Úsuga – David” El detenido tiene órdenes de captura en su contra por los delitos de concierto para delinquir agravado y extorsión agravada.

Alias “Cristian” tenía una red de extorsión en varios municipios del norte y del nororiente del departamento de Antioquia para poder financiar las acciones delictivas que llevaba a cabo la organización del “Clan Úsuga – David”.

Según las autoridades Alias “Cristian” era el encargado de coordinar todas las extorsiones realizadas a comerciantes, ganaderos, lecheros y mineros en el área general de los municipios de Briceño, Yarumal, Valdivia y Tarazá.

A través de labores de inteligencia militar se pudo establecer, que Alias “Cristian” podría estar implicado en varios homicidios ocurridos esta región de Antioquia, debido a que hacia las extorsiones enviando a alguien de su entera confianza, que estuviera armado, para poder intimidar en un primer contacto a la víctima a quien amezaba de muerte sino realizaba los pagos exigidos.

Luego, desde la vereda Las Auras del municipio de Briceño, lugar donde coordinaba todo su accionar delictivo, le daba plazo a las víctimas del 25 al 28 de cada mes para realizar el pago. Estos dineros luego eran entregados directamente por alias “Cristian” a comandantes del “Clan Úsuga – David” con el fin de financiar todo el accionar delictivo de esta banda criminal en el norte y bajo cauca antioqueño.

Fuente: http://bit.ly/1bAIn3N

Autoridades evalúan hechos violentos en Bajo Cauca

No obstante la reducción de homicidios en un 25 por ciento en 2015 en el Bajo Cauca antioqueño, las cifras siguen siendo preocupantes, si se tiene en cuenta que en el periodo 49 asesinatos en la zona, a lo que se suman varios episodios de violencia en El Bagre.

Para hacer frente a los últimos casos violentos, el secretario de Gobierno Santiago Londoño Uribe, en calidad de gobernador encargado, presidió en El Bagre un consejo de seguridad, que tuvo como precedente el asesinato de Óscar Andrés Arce Méndez, de 24 años, baleado en zona rural de la localidad, el pasado 21 de abril, hecho que es materia de investigación.

“Es evidente que el Bajo Cauca es una región que presenta unos retos importantes en este momento, estamos articulados trabajando, pero hay que ser más estratégicos y contundentes en cuanto al enfoque en el control territorial y la judicialización”, afirmó Londoño Uribe.

Anunció que a las acciones en seguridad enmarcadas en el Plan Bajo Cauca se les hará revisión cada semana, en procura de mantener los resultados contra la criminalidad.
“Hemos pedido como Gobernación fortalecer los equipos de investigación de las distintas instituciones responsables, como Policía Judicial y Fiscalía, con énfasis en objetivos de alto valor”, precisó.

El comandante de Policía Antioquia, coronel Ramiro Riveros, resaltó la importancia de los 14 Grupos de Operaciones Especiales que monitorean diferentes vías del departamento y se articulan con las operaciones de control de la policía local y grupos del Ejército.

La reunión de las autoridades y el Gobernador (e) contó con la presencia de alcaldes de la región, además de la Policía, el Ejército, la Fiscalía, la Armada y de la Fuerza Aérea.
La instalación de un Gaula militar para el Bajo Cauca y la reciente activación de dos grupos de élite para Córdoba y el extremo norte de Antioquia hacen parte de la estrategia de seguridad en la región.

Fuente: http://bit.ly/1bAIagR

Abren nuevo bloque en U. de A. Caucasia

La Universidad de Antioquia en su sede Caucasia (Bajo Cauca) tiene, desde ayer, una nueva adecuación en sus instalaciones.

Se trata de un bloque con dos sofisticados laboratorios de ciencias básicas construidos con una inversión de 1.800 millones de pesos.

Para las directivas universitarias, con la ampliación, que será inaugurada hoy por el gobernador de Antioquia, Sergio Fajardo Valderrama, y el rector de la Universidad de Antioquia, Mauricio Alviar, se continúa en el propósito de avanzar en la excelencia académica.

Según, Édgar Correa, director seccional Caucasia, de la Universidad, el nuevo espacio representan que la sede tenga una tecnología de punta y dotación necesaria.
“Quedamos cubriendo una necesidad que tenía que ver con las prácticas de laboratorios que antes se hacían en el liceo de Caucasia”, indicó.
Entre las áreas de la educación impactadas con la obra están la biología, la microbioligía y la zootecnia.

“También se facilita que en la región se establezcan los grupos de investigación y no que sigan centralizados en Medellín”, enfatizó Correa.
La sede universitaria tiene 693 estudiantes de los cuales 60 son de posgrado y 200 de ingenierías virtuales.

También, más de 1.220 estudiantes han egresado de la universidad en Bajo Cauca, que fue abierta en 1997, pero que tiene funcionando su campus hace 11 años.
Este año, Correa espera que se terminen las obras del nuevo bloque de aulas y la adecuación de la unidad deportiva. El otro año esperan cubierta que se finalice la cubierta de la cancha de microfútbol.

De igual manera, hoy a primera hora, el gobernador Fajardo abrirá las puertas de la Institución Educativa Nechí, obra que, dijo, había quedado inconclusa de la administración anterior.

Fuente: http://bit.ly/1EjZX94

Alerta amarilla por posibles crecientes en dos ríos de Antioquia

El Departamento para la Prevención y atención de Desastres de Antioquia -Dapard- emitió una alerta amarilla por la probabilidad de creciente súbita de los ríos San Juan y Arma, afluentes del río Cauca en el bajo cauca antioqueño.

La alerta establece un llamado de atención a las personas que habitan las riberas de estos afluentes para que permanezcan muy atentas a posibles alteraciones en los niveles de los ríos.

También se decretó en las últimas horas alerta roja por la alta probabilidad de deslizamientos de tierra en municipios del oriente antioqueño como Alejandría, Concepción, San Francisco y Cocorná, y Santo Domingo en el nordeste del departamento.

Fuente: http://bit.ly/1Ek14FZ

Dos militar muerto y cinco heridos, dejó un ataque de las FARC en el Norte de Antioquia

En un enfrentamiento entre guerrilleros de la compañía Jeferson Cartagena del frente 18 de las Farc y del Ejército, dos soldados y un cabecilla de las Farc murieron y cinco más resultaron heridos. Los hechos ocurrieron en una zona rural de Ituango, Norte de Antioquia.

De los cinco militares heridos, dos recibieron impacto de bala y permanecen en la ciudad de Medellín recibiendo atención médica; los 3 restantes fueron heridos con esquirla y se encuentran fuera de peligro.

Asimismo se informó que uno de los cabecillas de esta guerrilla murió (aún no se conoce la identidad) y dos integrantes fueron capturadas.

Así lo indicó el General Leonardo Pinto Morales, comandante de la Séptima División del Ejército, quien señaló que también una guerrillera quedó herida en los combates.

Fuente: http://bit.ly/1Dbgush

Inmovilizados 13 camiones e incautadas 220 reses en Nechi

En una operación conjunta entre la Armada y el Ejército Nacional, en un puesto de control terrestre en el municipio de Nechí – Antioquia, fueron inmovilizados 13 camiones que transportaban de manera ilegal 220 especies vivas de reses raza Cebú.

La operación fue desarrollada por tropas del Batallón Fluvial de Infantería de Marina No. 17 y tropas del Batallón Especial Energético y Vial No. 5 del Ejercito Nacional, quienes incautaron las reses luego de requerir la documentación específica para la movilización de semovientes, expedida por el Instituto Colombiano Agropecuario – ICA, y determinar que no se contaba con ella.

Fuente: http://bit.ly/1DbgQ2a

Crónica: La travesía de la coca en Crucito, dentro del Nudo de Paramillo, un viaje al corazón de la guerra

Tierralta. Las balas no se escucharon, se confundieron con el estrépito del helicóptero que se hizo visible tras un cerro. De repente, los campesinos comenzaron a esconderse entre matorrales. A 15 metros, en medio de la confusión, Euclides Castillo vio cómo un balazo le astilló una de las piernas a su primo. Sintió miedo, impotencia. ¿Vendrían a matarlos? ¿La policía antinarcóticos los confundía con guerrilleros? Había que admitirlo: sembraban matas de coca en casi dos hectáreas cuyos dueños habían abandonado para buscar suerte al casco urbano de Tierralta. Entonces escuchó otro grito desesperado detrás suyo: "Nos están matando". Y más allá, vio cómo un grupo de militares comenzaba a cercarlos.

Los uniformados, al notar que unos campesinos comenzaron a salir con las manos en alto y otros auxiliaban a los heridos, bajaron sus fusiles. El pánico de los labriegos se convirtió en rabia, en reclamos. Cuatro de los suyos estaban heridos en piernas y brazos: no eran guerrilleros, sino padres de familia que intentaban sobrevivir sin más chance que ganar unos pesos de la ilegalidad; la policía lo sabía muy bien. Los uniformados, por su parte, aseguraron que no habían disparado. Hubo gritos, insultos. Lo cierto es que desde hacía una semana atrás los cultivadores de esta zona se oponían a que la policía erradicara de forma manual la coca, como lo había estado ejecutando en las partes accesibles del Nudo de Paramillo, evadiendo minas y tropas subversivas. Este hecho ocurrió el pasado 9 de agosto.

-Lo que más nos molesta es que casi siempre se equivocan al fumigar cultivos con aspersión. A mi me han dañado cinco cultivos de maíz –afirma Euclides.

Finalmente, los cuatro heridos fueron trasladados a hospitales de Tierralta y la capital Montería, desde la vereda Mata de Guineo del corregimiento de Crucito, en el mismo helicóptero que generó el pánico. Días después, el comandante de la Policía en Córdoba, coronel Carlos Vargas Rodríguez, manifestó que de ser cierto los disparos desde la aeronave, las balas que habrían herido a los hombres fueran punto 50, tan grandes como para destrozar un brazo. La policía barajó la posibilidad de que guerrilleros que vigilaban a los campesinos, al advertir la fuerza pública, dispararon para generar caos y confusión y así poder escapar.

Lo cierto, afirma Euclides, es que esta escena se ha repetido por años en cada uno de los 19 corregimientos de Tierralta. Según líderes de desplazados de la zona, por ejemplo, al menos el 80% de los campesinos de Crucito subsiste de los cultivos ilícitos. Afirman que no hay más alternativa, desde que el embalse de la hidroeléctrica Urrá inundó 8 mil hectáreas a finales de los años 90, quedaron incomunicados, atrapados: el agua se tragó la carretera que en 45 minutos los unía a Tierralta, donde comercializaban sus siembras de maíz, plátano, yuca, ñame y verduras. Ahora deben tomar un bus, una lancha y finalmente otro bus para llegar al municipio; ahora están a dos horas de camino.

Crucito, que hasta principios de los años 90 fuera un poblado próspero y envidiado, poco a poco se queda solo. Está en las estribaciones del Nudo de Paramillo, una cadena montañosa conformada por tres serranías que une al sur de Córdoba con el noroccidente de Antioquia, y cuyo dominio en gran parte lo ejerce el Bloque Iván Ríos de las Farc y las bandas criminales (bacrim): los que compran la coca.

Para los ilegales lo importante es que el Nudo de Paramillo se convirtió en una de las despensas de cultivos ilícitos más grande del país. La ventaja para ellos es que estas serranías, desde los años 90, son también un corredor estratégico para que hoy las Farc y las bacrim lleven la droga procesada hasta los puertos del Urabá antioqueño, por las ardientes tierras del Bajo Cauca. Su destino: centro América y Estados Unidos, afirman fuentes militares.

La travesía de la coca

Dos semanas antes del enfrentamiento entre campesinos y erradicadores, Euclides, padre de siete hijos, se levantó a las 4:00 de la madrugada y ensillo su burro Pepe. Trabajaría en algo que le daba miedo: recoger hojas de coca en lo profundo del Nudo para luego venderlas a la vera de un camino. Su mujer le empacó comida y le echó la bendición. A Euclides siempre lo atacaba un mal presagio cuando se aventuraba, a pesar de que había realizado casi 40 viajes en los últimos 4 años. Tenía dos cerdos, una vaca, 17 gallinas, dos burros y una pequeña huerta: insuficiente para sostener una familia tan numerosa. Él vivía en la vereda Colón Alto, en una parcela de hectárea y media, a un par kilómetros de donde, dos semanas después, miraría caer a su primo de un balazo. En los últimos 20 años se han llevado a cabo en Crucito más de 10 masacres.

Una de las más cruentas fue en 1999, cuando seis campesinos fueron asesinados en diferentes veredas de Crucito por parte de las extintas Autodefensas Unidas de Colombia (AUC), comandadas en esa región por Salvatore Mancuso, hoy purgando condena en Estados Unidos. Eran acusados de colaborar con las Farc, en una época en que las AUC buscaban ganarle terreno a la guerrilla en el Nudo, sin mucho éxito. Euclides tenía 15 años cuando ocurrió. Fue la primera vez que vio un muerto con disparos en la cabeza. "Desde entonces siento el corazón más duro", confiesa.

Para recoger la coca, Euclides tuvo tres horas de camino bajo un calor y una humedad que le empapó pronto el cuerpo de sudor. Primero remontó leves cordilleras y luego se internó por una selva espesa, ruidosa de insectos y de aves por donde el sol entraban rebotando entre los ramajes. Saludó a un par de indígenas Emberá Katío que cazaban. Recuerda, también, que sintió miedo de que algún escuadrón del ejército, o guerrilleros o miembros de bacrim, lo confundiera con un enemigo y lo mataran. Había un enemigo más, las minas antipersonas sembradas por el Frente 58 de las Farc. Según cifras oficiales, entre el 2000 y el 2013, 498 personas fueron víctimas de ellas en el Nudo, es decir, como si por cada año 38 personas pisaran una.

-El Nudo es de todos y de nadie-, dice Euclides con la mirada grave.

Era un riesgo al que no logró acostumbrarse. Así que comenzó a cantar vallenatos de Diomedes Díaz, no tan alto, pero si lo suficiente para ser escuchado. La idea: dar a entender que él no representaba ningún peligro. Luego salió a un claro y comenzó a ver, allí y allá, arbustos de coca que crecían espontáneamente, en apariencia abandonados pero que tienen como fin que los campesinos tomen la coca y no tengan otra opción que canjearla con la guerrilla: es una estrategia que la subversión fraguó, ante la presencia esporádica del Ejército y el desconcierto entre bandas al margen de la ley.

Antes de que el Ejército conformara en el 2008 la Fuerza de Tarea Conjunta para recuperar el Nudo y comenzar con las erradicaciones, aún se podían hallar extensos cultivos de coca allí; cuatro, cinco, seis hectáreas sembradas una al lado de la otra, custodiadas por minas y guerrilleros, y al cuidado de campesinos. A finales de los noventa había coca al pie del embalse y alrededor del casco urbano de Crucito. Hoy hay más, pero diseminada en pequeñas siembras a todo lo ancho y largo del Nudo de Paramillo, incluso dentro de resguardos indígenas, víctimas también de esta guerra. En términos generales, según datos del Sistema Integrado de Cultivos Ilícitos (Simci) entre 2001 y 2012 los cultivos de coca en el Nudo de Paramillo aumentaron en 295% al pasar de 805 hectáreas en el primer año a 3182 hectáreas en el último.

Los campesinos, que comenzaron a notar la coca desde mediados de los años 90, no tuvieron más alternativa que sembrar, al verse cercados por el agua de Urrá, embalse alimentado por el descomunal ríos Sinú, que a su vez nace gracias al río Esmeralda y al río Verde, que surgen en las entrañas del Paramillo. Era raspar coca o vivir en la indigencia.

-Comencé a raspar coca y a echarla en un costal –continúa Euclides con su relato-. Lo cierto es que uno ve maticas a media hora de camino en el mismo Crucito, pero es solo hasta dos horas más andando que uno puede raspar con tranquilidad.

En aquella ocasión, en hora y media, alcanzó a recoger cuatro arrobas de hoja de coca. Después caminó media hora más por el filo de una ladera. Dejó beber a su burro el agua de un arroyo, y luego salió hasta el camino de piedras y polvo anegado que corre hasta la vereda Santa Isabel del Manso, cuya población vive intimidada. Allí, en enero de 2013, ocurrió una supuesta masacre de seis personas por parte de, según información militar, Los Urabeños (grupo que las autoridades pasarían a llamar ‘Clan Úsuga’). Días después, miembros militares afirmaron que no hubo masacre, en contra de lo que dijeron habitantes del Manso.

Cierta la matanza o no, en aquella ocasión, el presidente de la Junta de Acción Comunal (JAC) del Manso, Clímaco Pitalúa, fue sacado a la fuerza de su casa ante las súplicas de sus vecinos, llevado hasta el monte, golpeado en la espalda. Le fracturaron uno de sus brazos con el fin de que suministrara información sobre unos hombres. Así lo relató cuando llegó moribundo al casco urbano de Tierralta. Logró, en medio de la selva, escaparse de sus captores; escuchó disparos. Siguió para él una travesía entre la vorágine del Nudo. Tres días después, en Tierralta, Clímaco se enteró que con él llegaron al tiempo 14 familias desplazadas del Manso. Ellas confirmaron que desde hacía una semana hombres armados intimidaban a la población tras un año de tensa paz.

El Paramillo sin dueño

Euclides, a la vera del camino accidentado, esperó, sin ver a nadie, una hora. "Me están vigilando", pensó. Luego dos hombres jóvenes en una moto se detuvieron frente a él. No se cruzaron palabras. Recibieron el costal y le dieron a Euclides cinco billetes de 20 mil pesos. Atardecía cuando regresó a casa. Sus hijos jugaban en el patio.

-Aquí casi todos salimos a recoger coca de forma individual –afirma Euclides-. Y los que no, la siembra en grupos en las colinas más apartadas, y hasta levantan laboratorios con químicos suministrados por personas.

Con la plata que recibió Euclides pudo comprar, en parte, lo que no produce la tierra: panela, aceite, café, pan, azúcar, sal, jabón, crema dental, ropa, sábanas, cuadernos para sus hijos, tela, velas, fósforos, alambre, tejas de zinc, herramientas, clavos... Ahorró también para cuando alguien de su familia necesite ir de urgencias a Tierralta, ya que a Crucito llega solo un médico los martes. En este poblado, como en todos los incomunicados por el embalse, nadie compra cultivos. Lo que sí ocurre son trueques, en el casco de Crucito, que no tiene más de 80 casas, dos iglesias cristianas y una católica, cinco tiendas, dos restaurantes, una droguería, un bus, una cancha de microfútbol, y una escuela que solo da hasta octavo grado y que le brinda estudio a 150 niños, afirma Over Tesillo Castro, presidente de su JAC.

-Nosotros no le importamos ni al alcalde ni al gobernador –comenta Tesillo-. Con decirles que Crucito no tiene electricidad, y eso que estamos al pie de una de las hidroeléctricas más grandes del país. Hay una planta de energía a gasolina, que trabaja por ratos.

Tierra fértil y gente pobre

Rosa Epifanía, mujer de 54 años y viuda desde hace 18, es bien conocida en Crucito porque ha servido de partera y porque sabe de medicina natural. Ella afirma que ningún cultivo en esta parte de Tierralta es rentable porque el solo transporte del producto hasta Tierralta representa un gasto enorme. Afirma que si, por ejemplo, un campesino logra acumular una tonelada de maíz en cinco meses, esta se la comprarán en 250 mil pesos, y parte del dinero se quedará en el transporte: hay que tomar un bus, luego un bote hasta Puerto Frasquillo, un caserío militarizado, y luego otro bus hasta el mercado: dos horas de camino. Luego tomar el mismo transporte de regreso antes de las 3:30 de la tarde, cuando sale la última lancha hacia Crucito. La medida la tomó Ejército, que decomisa a los campesinos y a los Emberá Katío, en el puerto, cualquier tipo de insumo para cultivos. En transporte, si el labriego lleva consigo un bulto de maíz, le genera en promedio un gasto de 42 mil pesos.

-Además, ¿Quién trabaja medio año por tan poca plata? Lo mismo pasa con la yuca, el ñame y el plátano, se abarataron demasiado –afirma Rosa.

Y es que, según se cuenta, en el negocio de la coca todos ganaban y ganan. Antes del 2005, año en que comenzaba a terminar la desmovilización de las AUC, una hectárea coca podía, cada dos meses y medio, llegar a dar 300 arrobas de hoja de coca, capacitadas para dar 16 libras de mercancía (unos 8 kilos). Los campesinos recibían por ello, en promedio, 17 millones 600 mil pesos. "Te gastabas tu 4 millones de pesos en el proceso y el resto quedaba para ti", reveló una fuente desplazada de Crucito desde hace cinco años. Y añade que "a principios del 2000, la coca la venían incluso a recoger en helicóptero. Hoy en día por 16 libras ya no pagan ni la mitad de lo de antes".

Según Álvaro Álvarez, coordinado de la Mesa de Víctimas de Tierralta, hoy vivir en Crucito es casi imposible: hay tierra fértil pero no hay cómo sacar los productos, así que pocos siembran, y está la subversión que continuamente se enfrenta con el Ejército. Según las cuentas de Álvarez, quien ha sobrevivido a tres atentados, desde el año 2000 se han desplazado más de 510 familias desde Crucito y que no han vuelto a sus parcelas.

Y la situación sigue siendo grave. Según el Registro Único de Víctimas (RUV), Tierralta tuvo entre el 2012 y el 2013 un total de 2 mil 298 personas desplazadas provenientes de los corregimientos que se encuentran en el Nudo de Paramillo.

El párroco de la iglesia San José de Tierralta, Jorge Miranda Pérez, ha sido desde hace más de cinco años uno de los testigos más próximos de la problemática social que enfrentan las poblaciones aisladas por el dique, "en medio de un conflicto en que ningún enemigo es totalmente reconocible", afirma. Y añade: "He visto a los campesinos más pobres rodeados de las tierras más fértiles de Colombia". Cada par de días, Jorge viaja a diferentes veredas dentro del Nudo, escucha a la gente, ofrece misas. Ha enterrado a más de 200 asesinados.

-En esta problemática hay que echarle la culpa a todos por igual: al Gobierno por el abandono de años, a las bacrim, a las Farc y al narcotráfico, por las matanzas y por sembrar el terror en los rostros de la gente –afirma, y añade-: Vea como son las cosas, estamos rodeados de coca y no conozco a nadie adicto a ella en Tierralta.

La población Emberá Katío, conformada hoy por 33 resguardos en todo el Nudo de Paramillo (también llamado Alto Sinú), ha hecho parte también de esta disputa por el poder. Ellos llevan habitando estas tierras hace más de un siglo. Todos se opusieron a la construcción del embalse e incluso, a finales de 1994, llevaron a cabo un acto simbólico extraordinario para despedirse de los 365 kilómetros del río Sinú, de su belleza y riqueza llena de peces: navegaron por seis días en 72 embarcaciones adornadas con flores y vivos follajes. No dejaron de cantar, en un ritual en el que los caciques invocaron los dioses de la fertilidad y la abundancia, y recordaron las historias de sus orígenes.

 

La travesía comenzó en los nacimientos de los ríos Verde y Esmeralda, en el Alto Sinú (donde el embalse de Urrá años después estancó sus aguas), y finalizó en Boca de Tinajones, donde las espesas aguas de cobre del río Sinú se funden con las azules del mar Caribe, en el municipio de San Bernardo del Viento. Los Emberá Katío sabían que no volverían a navegar por sus aguas pues el dique cortaría el recorrido. El 31 de diciembre de 1994, las autoridades prohibieron la navegación.

Desde entonces los líderes de esta comunidad fueron exterminados paulatinamente. A finales de los 90 las AUC intentaron conquistar el Nudo combatiendo con las Farc. Pedro Domicó Domicó, líder indígena en el Alto Sinú, recuerda esa época cuando él era apenas un muchacho. "Con la llegada de Urrá nos quedamos sin peces, que pescábamos en los diferentes ríos, hoy el embalse se los llevó todos", afirma, y añade: "Lo peor es que todos nuestros resguardos están rodeados de minas".

En ocho meses, entre los años 2000 y 2001, fueron asesinados a bala y por las Farc, casi siempre delante de sus familias, los líderes indígenas Lucindo Domicó, Alonso Jarupia, Rafael Domicó, Alejandro Domicó, Santiago Domicó, José Manuel Domicó, Maximiliano Domicó, Jackelino Jarupia Bailarín y Maisito Domicó, entre otros, según registraron los medios.

Las promesas

En una visita del gobernador de Córdoba, Alejandro Lyons Muskus, a Crucito en octubre de 2013, junto con una comitiva humanitaria, afirmó que, en efecto, la empresa Urrá está obligada por ley a construir una nueva carretera para unir a esta población con Tierralta, y así beneficiar a más de 700 familias campesinas que viven en diferentes veredas en el Nudo de Paramillo. En aquella ocasión, Lyons entregó obras en Crucito por 600 millones de pesos, entre ellas mejoras al centro de salud y a la escuela.

En efecto, en agosto de este años, en Instituto Geográfico Agustín Codazzi (Igac), por solicitud de las directivas de la hidroeléctrica Urrá, comenzó a realizar los avalúos de 76 predios con miras a habilitar una vía para Crucito, que comprenden una extensión de 81 hectáreas. Este proceso podría demorar hasta finales de este año.

La realidad de Crucito es la de cientos de poblados del sur de Córdoba y el Bajo Cauca antioqueño. Euclides Castillo, por su parte, se ha trasladado a Montería a hacer otra vida y, en efecto, las dos hectáreas de coca que sembraban aquella tarde del helicóptero, quedaron abandonadas un par de semanas hasta que los campesinos volvieron. Esta guerra parece de nunca acabar.

Algunas estadísticas:

Por: Pompilio Peña M. @pompiliooo

Fuente: http://bit.ly/1FICknZ

Suman fuerzas contra el trabajo infantil en la minería

Hoy, en El Bagre, expertos en minería y trabajo infantil, así como representantes de los gobiernos Nacional, Departamental, alcaldes de la región y otras autoridades, debatirán y buscarán alternativas para reducir el trabajo infantil minero.

La cita, enmarcada dentro del Proyecto Somos Tesoro, se constituye como el Primer encuentro de política pública para sacar a los niños de esta actividad flagelante en el Bajo Cauca y Nordeste antioqueño.

De ahí la importancia de las experiencias que, sobre el particular, expongan líderes comunales, educativos y los delegados de las alcaldías de Segovia, Remedios, Zaragoza, El Bagre y otros de sus vecinos del Bajo Cauca y el nordeste.

Voceros de la Gobernación sostienen que se pretende sumar los esfuerzos de las distintas autoridades para brindarles alternativas de una vida digna para los niños que acaban sus vidas en socavones y filones de ríos y montañas.

Tal actividad está prohibida por el Código del menor. Se seleccionó El Bagre por ser uno de los centros de una región cuya vocación económica gira en torno a la actividad minera del oro.

Acabar con el trabajo infantil es una de las estrategias de la Gobernación. Para ello, con diversos convenios, liderados por la Gerencia de Infancia, Adolescencia y Juventud y la Secretaría de Minas, ha invertido más de 2.000 millones de pesos, que han beneficiado a más de 20.000 niños.

La pequeña minería es un oficio que compromete el esfuerzo de toda la familia. Muchos de los niños inician labores, moviendo pequeñas piedras y lamiendo la montaña con palas y picos a los cinco años, como lo narró una indígena Nutabe del cañón del río Cauca en Sabanalarga.

Aunque se han logrado avances en su erradicación, la ilegalidad de ese trabajo no permite detectarlo y controlarlo del todo.

Fuente: http://bit.ly/1HV6rss

Doce aves de diferentes especies recuperó la Policía en Caucasia

Doce aves de diferentes especies recuperó la Policía Antioquia en el municipio de Caucasia durante un operativo contra la tenencia de fauna silvestre.

El operativo fue ejecutado por la Unidad Montada de Carabineros y Guías Caninos en zona urbana de Caucasia, en el Bajo Cauca antioqueño. Allí, en la parte externa de varias viviendas, fueron recuperadas doce aves de cuatro diferentes especies.

Se trata de tres cotorras cari sucias -Artinga Pertinax-, tres sangre toro -Ramphocelus Carbo-, tres canarios -Sicalis Flaveola- y tres mochuelos -Athene Noctua-, algunos de ellos en regular. Las aves fueron dejadas a disposición de Corantioquia.

Según las autoridades, cada una de estas especies era comercializada a un precio promedio de 90 mil pesos.

Fuente: http://bit.ly/1HV3uIn

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