A damnificados de Caucasia les vaciaron sus casas

Después de cuatro meses de las inundaciones del Bajo Cauca, los habitantes del sector tuvieron una mala pasada: mientras estaban en los albergues provisionales, sus casas fueron robadas por los ladrones, y los cables de la luz y demás servicios públicos fueron arrancados.

Pero el drama de María Arias es aún más complejo: ella es ciega y no puede notar la realidad como sus vecinas del barrio Caracolí. Siente el agua que entra a su casa cuando el Río Cauca no tiene compasión y arrasa con todo lo que encuentra a su paso.

Literalmente el agua le llega al cuello. El río, a escasos metros de su casa, llega sin ser invitado. María ha sido rescatada por otros habitantes en varias ocasiones, al no darse cuenta del riesgo que corre. Los vecinos, además, se convirtieron en su familia, debido a que sus hijos la dejaron abandonada.

Para varios hogares del barrio, el río es el nuevo integrante de la familia. 
Siempre está ahí, pero cuando llega la tormenta, se desborda y se vuelve un enemigo que arrasa con todo.

En época de elecciones es cuando más promesas e ilusiones pasan por cada damnificado, sea niño, joven o adulto. Y quizá sea eso lo que los mantiene con la esperanza. Creen que si confían en Dios, algún día un político honesto cumplirá lo que dice y tendrán una vida digna.

“Muchos gobiernos de turno prometen como solución definitiva hacer una muralla al río para evitar que los pobres sufran cada invierno, pero ninguno cumple”,  expresa Ana María Alzate, estudiante de la Universidad Politécnica Bolivariana y visitante del municipio.

Además Ana María cuenta que las autoridades del departamento fueron a prometer soluciones, pero que hasta el momento no han sido reparados y no hay propuestas para remendar los daños a largo plazo. 

Al preguntarles a los habitantes del sector, qué dicen el Gobernador y el Alcalde sobre la situación, ellos sueltan una carcajada y hasta hacen chistes con esos temas.

A su respuesta, Gustavo Ardila Ruiz, el secretario de Gobierno de Caucasia, afirma no saber nada de inundaciones ni avalanchas, y mucho menos tener algún caso parecido reportado de Caracolí.

“Sé de las ayudas de Colombia Humanitaria, vigiladas por la Contraloría Departamental de Antioquia y el Dapard. Las están entregando la Defensa Civil a los damnificados del invierno de Caucasia, según un censo”, apunta Ardila.

Fuente: http://bit.ly/mXC0yf

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