Murió Enrique Díaz, el ultimo juglar vallenato

Enrique Díaz Tovar, el rey vallenato sabanero, de 69 años, le dijo adiós a su gente a las 2:05 de la madrugada de ayer, cuando la muerte, la misma que en sus parrandas y canciones llamaba comadre, se lo llevó sin tregua.

El maestro, intérprete de las famosas canciones La caja negra y El rico cují, padecía desde hacía 8 meses cáncer de pulmón. La enfermedad se le declaró en su cuerpo cuando ya la medicina tenía poco que hacer y acabó con la vitalidad del juglar, rey de las parrandas en Planeta Rica, Ayapel, Caucasia, Montelíbano, Sucre, Bolívar, Magdalena y el Urabá antioqueño, donde miles de seguidores disfrutaban de su música, única por conservar la esencia e idiosincrasia del campesino caribe.

Jaime Díaz Banda, uno de los 11 hijos del maestro, compositor de la famosa canción Las torres gemelas, relata que sus últimos días fueron muy duros, había dejado de comer y sus fuerzas se fueron poco a poco.

"Sus últimas palabras fueron el sábado. Me dijo: 'Jaime, déjame 50 mil pesos, que yo no sé andar sin plata'; yo le dije que se los había dejado a Elvira, su esposa. Me contestó: 'no, entrégamelos a mí, y me hubieras traído una botella de whisky, que tengo un ardor en la garganta'", comenta Jaime.

Su última parranda fue en Barrancabermeja, el 26 de julio. "Yo fui el que toqué, la gente lo aclamaba, pero ya estaba muy débil", dice Jaime, quien agradeció a toda la gente de Córdoba por hacer brillar esa música de estirpe campesino y ese lenguaje popular de sus composiciones.

Enrique Díaz nació en Marialabaja, Bolívar, era hijo de Martina Tovar y Pablo Díaz, de este matrimonio nació otra hija, Beatriz, quien ya falleció. Martina y Pablo se separaron y la mujer decidió venir a Córdoba, y en Nueva Estación, Buenavista, se volvió a casar.

Enrique llegó a tierras cordobesas siguiendo a su madre, así lo afirmó el juglar en una entrevista concedida al periodista y gestor cultural Henry Guerra Padilla, en abril de este año.

Guerra Padilla, quien era amigo del maestro, dice que Enrique se casó con Elvira Peña, oriunda del corregimiento Mejor Esquina, y luego se mudó a Planeta Rica, después de una parranda con Alejo Durán en el corregimiento Carolina. El periodista dice que el juglar sentía un profundo amor por Planeta Rica y él mismo afirmaba que el pueblo en donde más lo querían era en esta población del San Jorge.

Su hija Eliana Díaz Peña también dice que en este momento de dolor siente un profundo respeto por el folclor y el legado que dejó su padre, un gran amigo y compañero. Así lo demuestran las cientos de personas que acompañan su féretro en el barrio Bolívar de Planeta Rica.

Daniel Peña Benítez, quien estuvo 45 años tocando la timba con Enrique Díaz y su conjunto, señaló que conoció parte de Sur América y todo el país al lado del maestro, de caseta en caseta y parranda en parranda.

"Juntos grabamos El Puerto, el segundo disco del maestro, el cual trabajamos en Medellín, desde entonces fuimos inseparables", dijo Peña Benítez.

Juan Bautista Acosta fue su guacharaquero y amigo fiel. Este hombre, oriundo de Macayepo, pero radicado en Planeta Rica, lo define como un hermano, una persona que siempre lo apoyó. "Para mí después de Dios, el compadre Enrique", dice el hombre que estuvo pendiente del maestro durante toda su enfermedad. "Él fue muy fumador desde nuevecito, fumaba tabaco y cigarrillo, yo le decía 'compa, usted que es cantante no debería fumar', él se molestaba a veces. Cuando murió Alejo Durán, fuimos a la clínica y él le preguntó al médico, de qué murió Alejo, este respondió: 'el cigarrillo lo mató'. Esa noche Enrique cargaba dos paquetes de cigarrillos, uno en el carriel y otro en el bolsillo del pantalón. Me dijo 'compadre, voy a dejar el cigarrillo, y le regaló los paquetes a unos areneros", relató Juan Bautista.

Tenía 25 años que no fumaba, pero ya el daño estaba hecho.

El maestro Miguel Emiro Naranjo, director musical de la Banda 19 de Marzo de Laguneta, afirmó que es una gran pérdida para la cultura, la muerte de Enrique Díaz. Definió su música como una expresión hermosa del folclor. "Yo tengo muchos recuerdos con él y con Alejo. Una vez, en el año 84, estábamos en la heladería Candilejas, aquí en Planeta Rica, y a Alejo se le ocurrió decir que no solo en Jerusalén habían tres reyes, también en Planeta. Alejo, rey vallenato; Enrique, rey de la música sabanera; y Miguel Emiro, rey del porro. En medio de ese ambiente sabroso de fiestas dijimos que uno a uno los reyes se irían. Cuando Alejo murió, él (Enrique) siempre que me veía me decía: 'compa, el próximo rey en irse es usted'".

Fuente: http://bit.ly/XQFF3e

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