Renuevan resguardo de zenúes en Zaragoza

Entregaron el cuarto pueblo indígena construido por instituciones públicas y privadas. Esta vez a las comunidades ancestrales de San Antonio de El Boroco y Altos de San Juan, que cuentan con un resguardo en la vereda Vegas de Segovia del municipio de Zaragoza, que comprende 137 familias.

Trece techos rojos se destacan entre las montañas y los árboles del Bajo Cauca antioqueño. En este pequeño poblado, ubicado a 40 kilómetros del casco urbano de Zaragoza, hay aproximadamente 15 ranchos hechos de madera y hoja de palma, pero las nuevas construcciones son de ladrillo, tendido de baldosa y tienen senderos peatonales, además ahora cuentan con agua y energía, servicios que la comunidad nunca había tenido.


Esos edificios serán la casa de la cultura, casa de gobierno, casa comunitaria, centro de desarrollo infantil, colegio y centro de salud. Los espacios serán utilizados para las actividades propias de la comunidad, como la medicina tradicional y un enfoque étnico a la educación de los niños y jóvenes.

“Podemos estudiar en una escuela cualquiera, pero esa no es nuestra cultura. Nuestras costumbres se están perdiendo: ya la lengua no la tenemos. Queremos rescatar lo propio”, aseguró la cacica mayor de la comunidad, Hilda María Baldovino.


Los niños, que según la mandataria indígena suman 150, antes tenían que caminar 40 minutos hasta la escuela veredal, atravesando quebradas y caminos.

La cacica también apuntó que la atención en salud para su comunidad es muy deficiente, y que hasta ahora, el estado no había hecho presencia significativa en su resguardo.

La obra fue realizada en conjunto por la Séptima división del Ejército– que tuvo la iniciativa– el Ministerio de Defensa, el Banco Agrario y otras instituciones públicas y privadas. Ya se han entregado cuatro capitales indígenas, y en total serán 10 en Antioquia y Córdoba.

El alcalde encargado de Zaragoza, Andrés Emilio Luján, manifestó que no está conforme solo con las estructuras, y solicitó apoyo en seguridad y convivencia, ante las constantes amenazas que ha recibido la comunidad.

Los zenúes, que en esta zona del departamento reúnen 8.000 indígenas distribuidos entre Cáceres, Caucasia, El Bagre y Zaragoza, han sido víctimas de bandas criminales y el frente Compañero Tomás del Eln, así como el frente 36 de las Farc.

La región es rica en minas de oro, corredor estratégico para grupos armados ilegales y tiene cultivos ilícitos en el norte, lo que la hace territorio en disputa por el control del narcotráfico, según afirmó el general Leonardo Pinto, comandante de la Séptima división.

El oficial aseveró que la zona es más segura y que con la construcción de la capital indígena se pretende dar un mensaje a favor de la institucionalidad, cuyo papel muchas veces es difuso en lugares tan alejados de los cascos urbanos.


Luis Alberto Suárez y Wilfredo Santero, habitantes del resguardo, coincidieron con el general respecto al mejoramiento en la seguridad de la zona, donde antes eran víctimas de extorsiones y homicidios. Ambos se sintieron tranquilos y esperanzados ante las nuevas posibilidades que ofrecen las construcciones.

La obra tuvo una inversión de 4.220 millones de pesos y tendrá una segunda fase, donde se construirán 68 casas de familia y se iniciará la enseñanza de proyectos productivos para el cultivo de alimentos.

Fuente: http://bit.ly/1VWHdj9

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